"Creo que gran parte de las enfermedades son el resultado de emociones reprimidas"
Pablo Coelho
El hermetismo emocional es la realidad de aquellas personas a las que les cuesta hablar de sí mismas, expresar sus inquietudes, establecer vínculos afectivos y de intimidad y solicitar ayuda. Algunas de las características que definen a aquellos que viven en este hermetismo emocional son:
Evitan el contacto físico.
No tienen un entorno cercano de confianza.
Son poco sociables y no salen de su zona de confort social.
Están encerrados en sí mismos, no comparten sus emociones ni sus pensamientos.
Son desconfiados.
Tienen serias dificultades para generar y permanecer en espacios de intimidad emocional con otras personas.
Al evitar este tipo de situaciones, puede parecer que sienten cierto grado de falta de empatía y de despreocupación respecto a los demás.
Suelen preferir actividades solitarias.
Son tan introspectivos que se vuelven inaccesibles a los ojos de los demás, e incluso parece que les rodee un aura misteriosa.
Son poco habladores y cuando deciden comunicarse lo hacen con un volumen de voz bajo y temeroso.
Suelen parecer personas deshonestas, inseguras, temerosas, cobardes y suspicaces.
No están acostumbrados a decir lo que sienten y el pensar en hacerlo les da miedo, pues temen hacer el ridículo o sentirse como tales.
Suelen ser muy inseguros e introspectivos en las relaciones amorosas, pues frente a la posibilidad de que alguien les llegue a conocer de verdad (y llegue a conocer sus miedos e inseguridades y, en definitiva, llegue a su parte más vulnerable) les asusta de tal manera que les cuesta generar este vínculo de confianza mutua tan imprescindible para mantener una relación amorosa.
Sin embargo, que una persona sea emocionalmente distante no implica que sea hostil con su entorno; de hecho, todo lo contrario, lo más usual es que sea bastante correcta en su trato con los demás y bastante formal para evitar el intercambio afectivo y de intimidad, aunque puede que sí adopte una actitud pasiva para evitar depender emocionalmente de nadie, y eso es lo que puede confundir.
¿El hermetismo emocional es genético o se aprende?
El hermetismo emocional es experiencial y puede que se haya adoptado esta actitud por diversos motivos:
Los referentes de esa persona no han estado disponibles.
Ha tenido vínculos fallidos con su grupo primario (padres, hermanos y/o primeros cuidadores).
Ha crecido en un ambiente que no ha fomentado la apertura y la expresión emocional y en el que ha primado la desconfianza.
Nadie le ha enseñado a canalizar y expresar emociones.
Identifica la expresión emocional con debilidad por creencias propias o heredadas por el entorno familiar y personal.
Ha sido sometida a situaciones traumáticas intensas en la vida (p. ej. violaciones, malos tratos, acoso escolar, catástrofe natural, etc.).
Sin embargo, a pesar del aislamiento autoimpuesto al que probablemente les lleve el hermetismo emocional, debemos tener claro que éste último no implica ni odiar a la humanidad ni ser incapaz de disfrutar de la compañía o de momentos de intimidad con ciertas personas. Todos los rasgos diferenciales de los seres humanos existen no en categorías herméticas y con unos límites muy claros, sino a través un continuum de variaciones de intensidad de variables presentes en todas las personas. Eso significa que no todas las personas emocionalmente distantes presentan todas estas características ni todas en su misma intensidad, ni por supuesto implica que deban presentarlas durante el resto de su vida. Esto ha sido un resumen de todas las cualidades posibles atribuidas al hermetismo.
Bibliografía
Feist, J. (2007). Teorías de la Personalidad. Madrid: Mc Graw - Hill.
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